La implantología oral se ha convertido en una de las soluciones más demandadas y eficaces para aquellos que han perdido uno o más dientes. Sin embargo, a pesar de su popularidad, te adelantamos que no todas las personas son candidatos ideales para realizarse este tratamiento. En este artículo analizamos las condiciones que determinan la idoneidad de un paciente para ponerse implantes dentales. ¡Continúa leyendo si quieres conocer todos los detalles!
Para empezar: ¿qué es un implante dental?
Antes de determinar si es el tratamiento adecuado para ti, es importante entender qué es exactamente un implante dental. Se trata de una pequeña pieza, generalmente, de titanio en forma de tornillo que se coloca en el hueso maxilar o mandibular para sustituir a la raíz del diente perdido. Una vez colocado, se fija la corona o prótesis hecha a medida, ofreciendo una funcionalidad y estética similares a la de un diente natural. Ahora bien, ¿qué criterios hay que tener en cuenta? A continuación, los enumeramos.
Salud bucal
Uno de los condicionantes para poder colocar implantes dentales es la salud oral del paciente. Es decir, para que el procedimiento sea exitoso es necesario que el estado bucodental sea óptimo. De no ser así, es probable que fracase. Por ejemplo, las personas que sufran alguna enfermedad bucal, como caries, gingivitis o periodontitis, necesitarán ser tratadas previamente. Hasta que estos problemas no estén controlados, no se podrá acceder a un tratamiento implantológico.
Posibles enfermedades
Tampoco serán candidatos ideales los pacientes que sufran algún tipo de enfermedad crónica, como diabetes o problemas cardíacos. Estas situaciones pueden llegar a afectar a la capacidad del cuerpo para sanar y recuperarse después de la cirugía, lo cual podría complicar la fase postoperatoria. No obstante, será el implantólogo quien indique si es posible realizar la cirugía o no.
Hábitos y estilo de vida
El estilo de vida también influye en la decisión de poder llevar a cabo un tratamiento implantológico. Hábitos como fumar o consumir excesivamente bebidas alcohólicas pueden interferir en la correcta fijación del implante. Este proceso se conoce como osteointegración: el implante se fusiona con el hueso, asegurando su estabilidad.
Estado del hueso maxilar o mandibular
La reabsorción ósea es otra de las situaciones que puede poner en peligro el éxito de los implantes dentales. Para poder colocarlos, se necesita contar con suficiente cantidad y calidad de hueso; solamente así se podrán sostener. En cambio, si un paciente ha perdido demasiada densidad ósea debido a la ausencia dentaria, podrá ser necesario recurrir a técnicas regenerativas previas, como el injerto.
Edad
Por último, la edad es otro de los factores que hay que tener en cuenta antes de realizar un tratamiento implantológico. En jóvenes que todavía están en periodo de crecimiento, es posible que el hueso maxilar o mandibular no se haya desarrollado del todo, sin haber alcanzado su forma y tamaño definitivos. Por esta razón, se suele esperar unos años para considerar la colocación de implantes.
En resumen, los implantes dentales ofrecen una solución permanente y se sienten como dientes naturales. Además, ayudan a preservar el hueso, a reducir la apariencia de envejecimiento y lo más importante de todo: a aumentar la calidad de vida del paciente, puesto que le permiten comer, hablar y sonreír con total confianza, mejorando así su bienestar general.
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Centro de Especialidades Odontológicas Cardenal Quiroga